CYCLADES.
En
esta nueva entrada os voy a hablar de un juego que es bastante chulo y con una
presentación bastante impactante: Cyclades, o como hacer arder en las llamas de
la guerra a las islas Cicladas.
Juego
basado en la antigua mitología griega, donde en un tiempo remoto, nebuloso y
muy difícil de precisar nos encontramos con cinco ciudades estado griegas,
Atenas, Esparta, Corinto, Tebas y Argos, en un intento por dominar las islas
Clicadas. Para ello, contarán con la ayuda de sus ejércitos y flotas de
trirremes y, por supuesto, de las de los dioses y criaturas mitológicas.
Cyclades
ha sido creado por Bruno Cathala e ilustrado por Miguel Coimbra, puesto a la
venta por Asmodee. En cuanto al juego en sí, he de decir que los dibujos la
verdad es que son muy, pero que muy buenos y captan verdaderamente el espíritu
mitológico y a la zaga no le van las miniaturas, que también es de agradecer
que cada ciudad tenga sus propias miniaturas y no simplemente se hayan basado
en poner colores diferentes. Las miniaturas que representan a los ejércitos y
los trirremes tampoco es que sean de gran calidad, pero dado el tamaño y a lo
que estamos acostumbrados lo cierto es que las pongo un notable. Las miniaturas
que realmente se salen son las de las criaturas mitológicas, muy bien creadas y
que dan un toque realmente épico y molón a las partidas cuando se ponen en
juego. He visto fotos de las criaturas pintadas y son espectaculares. El resto
está bastante bien, aunque de nuevo hay cierto detalles que no me gustan, pero
hablaré de ello más adelante.
De
qué va.
Para
ganar tienes que crear y/o controlar dos metrópolis, y para conseguirlo tienes
tres opciones: mediante la intervención de los dioses y creando sus respectivos
templos (cuando tienes cuatro obtienes una metrópoli), mediante la formación de
cuatro filósofos (dadiva que ofrece la diosa Atenea) o, la chicha del juego,
invadiendo islas de otras ciudades que tengan una metrópoli.
Para
ayudarte en tus planes necesitas obtener los favores de los dioses, además de
que son ellos los que te facilitarán el aumento de tus tropas, crear templos,
mover tus ejércitos y otras ventajas más. Pero, ojo, el favor de los dioses no
es barato y tendrás que ser generoso con tus donaciones.
Un
factor desestabilizante en el juego es el uso de las criaturas mitológicas,
capaces de dar al traste con cualquier estrategia del oponente o ayudarte en la
defensa de tus islas. Al igual que los dioses, sus favores se compran con
dinero.
Lo
peor.
La
falta de estrategia en sí. Como he dicho, son tres las maneras de conseguir el
objetivo del juego, y no hay más; sota, caballo y rey. Te basta con seguir una
de ellas y ganar. O sea, que al contrario que otros juegos que te ofrecen
múltiples variantes, Cyclades es parco en estrategia. Esto nos lleva también a
que es un juego con mucho azar, pero claro, habiendo dioses de por medio era
hasta cierto punto lógico. Pero no quiero decir esto. Es muy normal que al
menos tres, o hasta los cinco jugadores lleguen al turno final con opciones de
ganar y, llevando jugadas muchas partidas, he comprobado que muchas veces no
gana el jugador que haya ideado una buena estrategia, sino simplemente el que
tiene más suerte gracias a una carta de criatura o que la tirada del dado le ha
favorecido.
Luego
nos encontramos con un par de reglas que aceleran la creación desmesurada de la
metrópolis o que terminan por desestabilizar toda la partida para disgusto de
los jugadores y que, a mi modo de ver, es bastante injusta. A la primera me
refiero al poder de Atenea. Atenea te da gratis un filosofo, y con una opción
de pocas monedas más, otro. Si con cuatro filósofos ya tienes una metrópolis,
imaginaos el poder de Atenea. Mientras el resto de los dioses están
equilibrados, Atenea en este sentido es claramente la que no lo está, siendo
más lógico haberla puesto restricciones como por ejemplo limitarse a dar
únicamente un filósofo.
El
otro punto negro es la compra de favores de las criaturas mitológicas. La forma
de obtener los favores de los dioses es por puja, y el primero en la puja
además es el primero en obtener los favores de las criaturas (si tiene dinero),
pero es que puede obtener los favores de las tres criaturas en ese momento en
juego, dejando al resto de jugadores sin poder hacer nada durante todo el
turno. Esto también es bastante desequilibrante y favorece claramente al primer
jugador en la puja. Otros juegos hacen un muy justo balance con el mejor y peor
jugador y Cyclades no.
En
el tema de la presentación del juego lo peor es el tablero. Mientras que las
miniaturas y las ilustraciones han sido muy trabajadas lo cierto es que el
tablero es bastante cutre en ese sentido, y pequeño. Podían haberse esforzado
un poco más. De nuevo nos volvemos a encontrar con monedas de cartón, siendo
otro de estos juegos donde las monedas son manoseadas a conciencia. ¿De verdad
tanto les cuesta poner las monedas de plástico del cutre?
Lo
mejor.
El
juego saber captar la esencia de la mitología griega en pleno. Nos sentimos héroes
luchando contra increíbles adversidades y obteniendo o perdiendo los favores de
los dioses. El sistema de pujas de los dioses es bastante divertido y aunque
tengas poco dinero siempre existen opciones. Otro buen punto es que a los
jugadores que le vayan peor no son eliminados del juego, sino que pueden seguir
en él hasta el final e incluso tener opciones de ganar si lo saben hacer bien.
El
sistema de batallas, tanto marítimas como terrestres, es bien sencillo y rápido
de jugar, lo que se agradece bastante. Otra parte buena del juego es la
celeridad con la que se crean y destruyen alianzas entre los jugadores cuando
uno de ellos comienza a desmarcarse y tiene a punto ganar la partida. Cyclades
te permite la opción de alianzas y de ir a saco a por el jugador mejor
posicionado, siendo esto otro aliciente más que te hará disfrutar del juego.
No
es un juego para niños, enseguida lo notarás, aunque su riqueza visual puede
estimular bastante la imaginación de los chavales y podría ser el juego ideal
para engancharlos al mundo de los juegos de mesa.
No
obstante, como en ocasiones aconsejo, Cyclades no es un juego para estar con él
de continúo, me explico. Si juegas durante semanas y semanas corres el riesgo
de quemarlo porque, como he dicho, no tiene muchas variaciones. Es de esos
juegos que conviene jugarlo y disfrutarlo de cuando en cuando, dejarlo de lado
y cuando sientas enormes ganas de volver a jugar sacarlo del armario y orar a
los dioses. Un juego muy bueno y con una combinación muy original de varios
sistemas que te hará pasar buenas horas. Imprescindible para tu ludoteca.
Existe
una expansión, pero a día de hoy todavía no he jugado a ella. Cuando lo haya ya
dejaré mis impresiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario