domingo, 24 de noviembre de 2013

CYCLADES

EL LOBO JUGADOR




CYCLADES.



            En esta nueva entrada os voy a hablar de un juego que es bastante chulo y con una presentación bastante impactante: Cyclades, o como hacer arder en las llamas de la guerra a las islas Cicladas.
            Juego basado en la antigua mitología griega, donde en un tiempo remoto, nebuloso y muy difícil de precisar nos encontramos con cinco ciudades estado griegas, Atenas, Esparta, Corinto, Tebas y Argos, en un intento por dominar las islas Clicadas. Para ello, contarán con la ayuda de sus ejércitos y flotas de trirremes y, por supuesto, de las de los dioses y criaturas mitológicas.
            Cyclades ha sido creado por Bruno Cathala e ilustrado por Miguel Coimbra, puesto a la venta por Asmodee. En cuanto al juego en sí, he de decir que los dibujos la verdad es que son muy, pero que muy buenos y captan verdaderamente el espíritu mitológico y a la zaga no le van las miniaturas, que también es de agradecer que cada ciudad tenga sus propias miniaturas y no simplemente se hayan basado en poner colores diferentes. Las miniaturas que representan a los ejércitos y los trirremes tampoco es que sean de gran calidad, pero dado el tamaño y a lo que estamos acostumbrados lo cierto es que las pongo un notable. Las miniaturas que realmente se salen son las de las criaturas mitológicas, muy bien creadas y que dan un toque realmente épico y molón a las partidas cuando se ponen en juego. He visto fotos de las criaturas pintadas y son espectaculares. El resto está bastante bien, aunque de nuevo hay cierto detalles que no me gustan, pero hablaré de ello más adelante.

De qué va.

            Para ganar tienes que crear y/o controlar dos metrópolis, y para conseguirlo tienes tres opciones: mediante la intervención de los dioses y creando sus respectivos templos (cuando tienes cuatro obtienes una metrópoli), mediante la formación de cuatro filósofos (dadiva que ofrece la diosa Atenea) o, la chicha del juego, invadiendo islas de otras ciudades que tengan una metrópoli.
            Para ayudarte en tus planes necesitas obtener los favores de los dioses, además de que son ellos los que te facilitarán el aumento de tus tropas, crear templos, mover tus ejércitos y otras ventajas más. Pero, ojo, el favor de los dioses no es barato y tendrás que ser generoso con tus donaciones.
            Un factor desestabilizante en el juego es el uso de las criaturas mitológicas, capaces de dar al traste con cualquier estrategia del oponente o ayudarte en la defensa de tus islas. Al igual que los dioses, sus favores se compran con dinero.

Lo peor.

            La falta de estrategia en sí. Como he dicho, son tres las maneras de conseguir el objetivo del juego, y no hay más; sota, caballo y rey. Te basta con seguir una de ellas y ganar. O sea, que al contrario que otros juegos que te ofrecen múltiples variantes, Cyclades es parco en estrategia. Esto nos lleva también a que es un juego con mucho azar, pero claro, habiendo dioses de por medio era hasta cierto punto lógico. Pero no quiero decir esto. Es muy normal que al menos tres, o hasta los cinco jugadores lleguen al turno final con opciones de ganar y, llevando jugadas muchas partidas, he comprobado que muchas veces no gana el jugador que haya ideado una buena estrategia, sino simplemente el que tiene más suerte gracias a una carta de criatura o que la tirada del dado le ha favorecido.
            Luego nos encontramos con un par de reglas que aceleran la creación desmesurada de la metrópolis o que terminan por desestabilizar toda la partida para disgusto de los jugadores y que, a mi modo de ver, es bastante injusta. A la primera me refiero al poder de Atenea. Atenea te da gratis un filosofo, y con una opción de pocas monedas más, otro. Si con cuatro filósofos ya tienes una metrópolis, imaginaos el poder de Atenea. Mientras el resto de los dioses están equilibrados, Atenea en este sentido es claramente la que no lo está, siendo más lógico haberla puesto restricciones como por ejemplo limitarse a dar únicamente un filósofo.

            El otro punto negro es la compra de favores de las criaturas mitológicas. La forma de obtener los favores de los dioses es por puja, y el primero en la puja además es el primero en obtener los favores de las criaturas (si tiene dinero), pero es que puede obtener los favores de las tres criaturas en ese momento en juego, dejando al resto de jugadores sin poder hacer nada durante todo el turno. Esto también es bastante desequilibrante y favorece claramente al primer jugador en la puja. Otros juegos hacen un muy justo balance con el mejor y peor jugador y Cyclades no.
            En el tema de la presentación del juego lo peor es el tablero. Mientras que las miniaturas y las ilustraciones han sido muy trabajadas lo cierto es que el tablero es bastante cutre en ese sentido, y pequeño. Podían haberse esforzado un poco más. De nuevo nos volvemos a encontrar con monedas de cartón, siendo otro de estos juegos donde las monedas son manoseadas a conciencia. ¿De verdad tanto les cuesta poner las monedas de plástico del cutre?

Lo mejor.

            El juego saber captar la esencia de la mitología griega en pleno. Nos sentimos héroes luchando contra increíbles adversidades y obteniendo o perdiendo los favores de los dioses. El sistema de pujas de los dioses es bastante divertido y aunque tengas poco dinero siempre existen opciones. Otro buen punto es que a los jugadores que le vayan peor no son eliminados del juego, sino que pueden seguir en él hasta el final e incluso tener opciones de ganar si lo saben hacer bien.
            El sistema de batallas, tanto marítimas como terrestres, es bien sencillo y rápido de jugar, lo que se agradece bastante. Otra parte buena del juego es la celeridad con la que se crean y destruyen alianzas entre los jugadores cuando uno de ellos comienza a desmarcarse y tiene a punto ganar la partida. Cyclades te permite la opción de alianzas y de ir a saco a por el jugador mejor posicionado, siendo esto otro aliciente más que te hará disfrutar del juego.

            No es un juego para niños, enseguida lo notarás, aunque su riqueza visual puede estimular bastante la imaginación de los chavales y podría ser el juego ideal para engancharlos al mundo de los juegos de mesa.
            No obstante, como en ocasiones aconsejo, Cyclades no es un juego para estar con él de continúo, me explico. Si juegas durante semanas y semanas corres el riesgo de quemarlo porque, como he dicho, no tiene muchas variaciones. Es de esos juegos que conviene jugarlo y disfrutarlo de cuando en cuando, dejarlo de lado y cuando sientas enormes ganas de volver a jugar sacarlo del armario y orar a los dioses. Un juego muy bueno y con una combinación muy original de varios sistemas que te hará pasar buenas horas. Imprescindible para tu ludoteca.
            Existe una expansión, pero a día de hoy todavía no he jugado a ella. Cuando lo haya ya dejaré mis impresiones.